Cumuláticas y Cumulático-Intersticiales

Dada la facilidad con la que las menas metálicas registran en sus texturas las cambiantes condiciones de su entorno a lo largo de la historia geológica, es pertinente distinguir ante todo dos clases de texturas: aquellas en las que es evidente el carácter original (texturas primarias) y aquellas que han sido transformadas ulteriormente por procesos térmicos, dinámicos o físico-químicos (texturas modificadas). La primera clase se corresponde con las texturas de precipitación primaria de Ramdohr (1980), mientras que la segunda comprende las texturas de transformación (reemplazamiento, exsolución, descomposición, etc.)  junto con las de deformación de dicho autor y de Schneiderhöhn (1952). El motivo de este agrupamiento es que en la naturaleza no siempre se pueden separar los procesos térmicos, dinámicos y de re-equilibrio físico-químico –piénsese por ejemplo en el metamorfismo.

Las texturas primarias se ordenan en tipos teniendo en cuenta los procesos de concentración fundamentales en la generación de yacimientos. Las texturas cumuláticas (Figs. 43.01.a-c) corresponden a la acumulación gravitativa, hacia la base de la cámara magmática, de fases tempranas más densas, fruto de la cristalización fraccionada de magmas ultramáficos; son típicas de depósitos estratiformes de cromita (Bushveld, R. Sudafricana, Fig. 43.01.a), aunque se encuentran también en depósitos podiformes (Fig. 43.01.c) o en depósitos de titano-magnetita o de ilmenita-hematites en relación con complejos gabro-anortosíticos. Pueden contener sulfuros, normalmente segregados también del fundido por inmiscibilidad en fase líquida, en los intersticios de los acumulados (texturas cumulático- intersticiales, Fig. 43.01.b).