Detríticas

Las texturas detríticas (Fig 43.05.a-g) o clásticas son, como su nombre indica, propias del ciclo sedimentario. Son habituales en menas resistentes y estables en condiciones superficiales, como la casiterita, la columbita, la tantalita, el oro (Fig 43.05.g), el platino, etc., tradicionalmente beneficiadas en placeres o paleoplaceres. Se asocian a este grupo también las texturas oolíticas (Fig 43.05.e), aunque éstas pueden considerarse transicionales a las de precipitación química: en efecto, un oolito típico suele mostrar un núcleo detrítico arenoso recubierto por sucesivas micro-capas de hematites, goethita, carbonatos, etc. extraídos de la cuenca, dando al conjunto un contorno externo ovalado. El reconocimiento de las texturas detríticas ha sido relativamente tardío en menas sulfuradas, entre otras cosas por no ser frecuentes, dada la escasa resistencia de los sulfuros a los procesos de meteorización y transporte en condiciones superficiales. Sin embargo, el ejemplo de los conglomerados auríferos del Witwatersrand (R. Sudafricana), que contienen además de oro arenas de pirita y uraninita, prueba que son posibles también en sulfuros: en este caso, gracias a la atmósfera reductora arcaica. En otros casos, como el de los sulfuros masivos volcanogénicos, por las condiciones locales restringidas de la cuenca submarina, que hacen posible el depósito y conservación, ya sea de geles y barros sulfurosos, ya del cúmulo de fragmentos clásticos (sulphide mound) derivado del colapso de la chimenea exhalativa (black smoker). Sin embargo, no ha de olvidarse que también pueden darse en sulfuros texturas seudo-detríticas, debidas a reemplazamiento de granos detríticos (Fig 43.05.f).