Removilización

La removilización consiste en la redistribución del contenido metálico de un yacimiento, facilitada habitualmente por la afluencia de fluídos y la activación térmica ligados al metamorfismo. Aunque se trata, en realidad, de una movilización metamórfica en la mayor parte de los casos (Figs. 43.08.a y .b), también puede producirse en otros ámbitos, como el diagenético o el supergénico. Las texturas asociadas son variadas y combinan evidencias de corrosión o disolución por presión en las zonas fuente, con evidencias de transporte (habitualmente vetillas, pero también microfisuras, poros, cemento de brechas, sellado de planos de esquistosidad) y diseminación o reemplazamientos a partir de dichas vetillas en las zonas de re-deposición (cf. comentarios adicionales en el apartado de presión-disolución: (Tabla 3 §43.12 y Figs. 43.12). En algunos casos, como los de sulfuros masivos, se postula también la movilización en régimen dúctil de los minerales más plásticos, como galena o calcopirita, que por efecto de la presión diferencial serían embutidos en los espacios abiertos, en vetillas o como cemento de clastos de los minerales más rígidos, como pirita o arsenopirita (cf. Deformación: (Tabla 4.3, § 43.11 y Figs. 43.11).