Un grupo importante de texturas de reemplazamiento es el de las causadas por procesos supergénicos, que alteran las paragénesis primarias para sustituirlas por asociaciones estables en condiciones superficiales. Se reconocen por los rasgos de desequilibrio que acaban de exponerse y por la mineralogía. En la zona más superficial, dominada por la percolación de aguas meteóricas (zona de oxidación), el ambiente es oxidante, los metales son lixiviados y los sulfuros son sustituídos por óxidos, carbonatos, sulfatos o silicatos (goethita, lepidocrocita, hematites, malaquita, azurita, jarosita, crisocola, arcillas, ópalo, etc.: Figs. 43.94.d, e, f, g, h).
Estos minerales secundarios no siempre pueden individualizarse al microscopio debido a su escasa cristalinidad, como ocurre con las limonitas. Aun así su estudio textural puede ofrecer informaciones muy valiosas para exploración: en primer lugar, permite distinguir gossan autóctonos (los que reemplazan in situ una masa de sulfuros y, por tanto, identifican la posición del yacimiento primario en profundidad) y transportados (los re-depositados o que han sufrido transporte, cuya posición no se relaciona ya con el yacimiento primario); en segundo lugar, la inspección de las texturas fantasma heredadas por la limonita autóctona (masivas, celulares, boxwork, etc., vbgr. Fig. 43.94.f y g), puede informar sobre la naturaleza de la mena primaria y orientar sobre decisiones estratégicas acerca del potencial en profundidad (para más información puede consultarse la monografía de Blanchard, 1968, un clásico que sigue mereciendo atención, y el trabajo de Blain y Andrew, 1977).
